LA CABEZA DE LA SERPIENTE

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En mi vida, en muchas ocasiones he tenido encuentros con serpientes... y no me refiero a las personas que actúan como tal...  y que en la mayoría de los casos son peores... me refiero a esos animales vertebrados de cuerpo alargado carentes de extremidades pertenecientes al grupo de los reptiles sub grupo de los ofidios. La mayoría de las veces que me he topado con una culebra, el animal ha tratado de huir (Por lo menos al principio) de la presencia del ser humano, pero nunca en mi vida me había encontrado con una que me observara desafiante, me buscara, me esperara y me atacara, y lo más extraño de todo, que demostrara sentir odio por mi... la verdad es que eso nunca me había sucedido... pero... ya me sucedió.

El pasado miércoles 13 de agosto del presente año 2014 cuando eran aproximadamente las 11:00 horas, me encontraba escribiendo en la galería del patio interior de mi casa, cuando de repente se me fue la mirada hacia el frente y pude observar sobre las baldosas de arcilla exactamente debajo de la mata de mango que allí se encuentra desde hace quien sabe cuanto tiempo y donde comienza el muro de piedra, a una larga y delgada serpiente que apareciendo de repente me observaba desafiante en posición de ataque. Me quedé mirándola por unos instantes pero pensando en lo que estaba escribiendo, hasta que la actitud extraña de la culebra me llamo la atención y decidí pararme de la mesa y acercarme hasta ubicarme a aproximadamente unos 2 metros de ella. Fue entonces que pude observar de cerca que la serpiente mantenía afuera de su boca, su lengua bífida, ondulandola con fuerza como si estuviera usándola para explorar el lugar mientras continuaba observándome. Traté de acercarme un poco más para verla con mayor detenimiento pero tuve que detenerme y saltar hacia atrás porque la serpiente me lanzó, con suma violencia, dos mordidas que se perdieron en el aire, fue en ese instante que puse todos mis sentidos en alerta y pude detallar bien las características del animal: su cabeza, era triangular, su longitud la pude estimar como en unos 2 metros, era larga y delgada, el cuerpo era de color beige y por la parte de arriba era listada como una sebra pero con rayas color café excepto en la cabeza que tenia una sola marca o mas bien como una mancha en forma de "V" que remataba en en sus puntas en una especie de circulo. Decidí espantarla y zapatee pero la serpiente permaneció inmutable, observándome fijamente mientras su lengua bífida ondulaba en el aire. Fue entonces que decidí ir a la cocina a buscar una escoba para hacerlo con mayor contundencia, eso me tomo como unos 5 minutos, al regresar pude ver que la culebra se mantenía en el mismo lugar y con la misma actitud amenazante, estaba en el mismo sitio y en posición de ataque o "armada" como dicen los campesinos, con su lengua bífida ondulando al aire y observándome parecía que me estaba esperando. Trate de empujarla hacia el jardín con la escoba para que huyera hacia el bosque, había llevado dos para poder "arriarla" desde lados diferentes, pero al hacerlo, la serpiente reaccionó con rabia, parecía que me odiaba, yo pensé que al empujarla con las dos escobas iba a huir pero no... no lo hizo, no huyó sino que comenzó a tirarme violentas mordidas.

La actitud hostil en extremo de la culebra me hizo cambiar de opinión, decidí matarla por considerarla muy peligrosa. La prensé con una de las escobas por la mitad de su cuerpo pero los intentos de morderme continuaron, cada mordida era mas feroz que la anterior. Le coloqué la otra escoba muy cerca de la cabeza presionándola firmemente contra el piso y eso no le impidió seguir intentando morderme mientras que con el resto del cuerpo me lanzaba "latigazos". Pensé tomar una pala que estaba cerca para cortarle la cabeza pero si iba a agarrarla tendría que soltar a la culebra y eso era muy peligroso, pues como estaba al lado de ella si la soltaba podría morderme muy fácilmente. Ante tal situación tome una decisión tal vez tan feroz como la misma serpiente, levanté mi pie derecho y de un solo golpe le aplaste la cabeza con él, le di dos golpes más con el talón de mi pie derecho y la sangre salpicó manchando mi zapato y las baldosas de arcilla, la culebra se retorció con fuerza dando vueltas sobre si misma y temblando de la rabia hasta que se quedo inmóvil adoptando curiosamente una forma de "S".

Acto seguido, valiéndome de una rama levanté a la serpiente tirándola hacia una parte del bosque que rodea mi casa. Luego busqué útiles de limpieza para quitar la mancha de sangre de las baldosas... y de mi zapato también, pero al llegar al lugar las salpicaduras de sangre no estaban, tampoco las pude encontrar en mi zapato, fui al área del bosque donde había arrojado a la serpiente para buscarla y examinarla pero también había desaparecido, de inmediato me persigné e invoque a DIOS TODOPODEROSO, DIOS DE LOS EJÉRCITOS, EL ÚNICO QUE OBRA MARAVILLAS, dándole gracias por su protección, pues se bien que la tengo. Extrañado por lo que había pasado y buscándole en mi mente una explicación lógica me retiré a continuar trabajando en la preparación de una reunión que tenía con unos amigos patriotas en la tarde de ese mismo día.

A las 16:00 horas llegaron los invitados a la reunión y en el transcurso de la misma uno de ellos recibió una llamada telefónica, para poder atenderla sin perturbar a los demás se apartó hacia el muro de piedra ubicándose debajo de la mata de mango, exactamente donde había estado la serpiente. Al darme cuenta de ello le advertí sobre lo que me había pasado en la mañana diciéndole que tuviera cuidado y ante el requerimiento de los presentes que se interesaron en el suceso, procedí a "echar el cuento". Al terminar de hacerlo, uno de los invitados exclamó: "Eso es premonitorio", "¿Por que dices eso?" le pregunté, a lo que respondió "las características de lo que le sucedió son muy extrañas, las culebras usualmente huyen de la presencia humana y solo atacan cuando las acorralan, las pisan accidentalmente, o cuando les amenazan el nido donde tienen sus huevos o sus crías y ninguna de esas tres cosas ha pasado en este caso lo que lo hace sumamente extraño" ... "a mi manera de ver...", continuó diciendo,  "esa aparente culebra estaba desafiándolo y lo bueno fue que usted le aplastó la cabeza... y con su pie derecho... lo que hace a este hecho no solamente  premonitorio sino místico. En lo que a mi respecta, sin lugar a dudas hay un mensaje ahí...". Después de una pequeña discusión entre los presentes, quienes hicieron sus respectivas interpretaciones, no se volvió a tocar el tema y seguimos trabajando toda la tarde, luego de terminada la reunión y de que los amigos se retiraran me quedé por unos instantes sentado en una silla pensando sobre lo que pasó, buscándole una explicación lógica al "fenómeno", pero... como no se la encontré... decidí escribirlo... lo escrito escrito está dicen...  tal vez en el futuro la encuentre.

Saludo libertario: 

Ángel Vivas

¡MUERA LA TIRANÍA VIVA LA LIBERTAD!

GENERALÍSIMO DE MAR Y TIERRA DON FRANCISCO DE MIRANDA

2 DE FEBRERO DE 1806

DDLEEUQOM